martes, 25 de septiembre de 2012

YO TAMBIÉN HABLO DE ABORTO


Hablando con mi amiga salteña, me recordó que nadie ha hablado de algunas realidades, que para los que trabajamos en la salud, son cosa de todos los días.
Desde hace bastantes años, no me acuerdo cuántos, en este país existe lo que se llama el asesoramiento en Salud Sexual y Reproductiva. En virtud de ello, la mujer embarazada tiene derecho a que se le expliquen las alternativas que tiene para llevar adelante, o no, esa gestación.

(Ahora averigüé cuántos años: desde 2002. Invito a leer la historia del proyecto en http://www.iniciativas.org.uy/institucion/nuestra-historia/)

Se le asesora sobre adopción, sobre los cuidados del embarazo y también sobre aborto. Si la mujer decide abortar, se le pide una ecografía para determinar la edad gestacional, y un estudio de grupo sanguíneo, para prevenir futuros conflictos Rh.

Lo que no se puede hacer es proporcionarle el misoprostol. Sí se le asesora sobre dosis, tiempos, cuáles son los efectos esperables, qué debe hacer y cómo se debe controlar. Con este método, se habían reducido a cero, las muertes por aborto, hasta este año, en que fallecieron dos mujeres por complicaciones post aborto.

Luego de la administración del medicamento, se le realizan controles, y de ser necesario, se la somete a un legrado evacuador. Todos estos procedimientos se realizan, reitero, HACE AÑOS. Y el Misoprostol, dirán ustedes? Se consigue en el mercado negro, en redes solidarias de mujeres, lo prestan, lo revenden, lo regalan

A partir de la promulgación de la Ley Nº 18.426, DEFENSA DEL DERECHO A LA SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA, de 1º de diciembre de 2008,  http://sip.parlamento.gub.uy/leyes/AccesoTextoLey.asp?Ley=18426&Anchor=, todo este procedimiento forma parte de los derechos de las mujeres, y TODAS las instituciones están obligadas a prestarlo. En lo que me es personal, en la policlínica de Adolescentes, se realiza esta instancia con todas las jóvenes que llegan embarazadas a nuestro servicio, cualquiera sea su edad.

Eso no significa que no exista el aborto mal hecho, porque hay mujeres que no llegan al misoprostol. Entonces abortan en pésimas condiciones. ¿Quiénes? ¡Las mismas que siempre! Las mujeres pobres.

Todo este cuento viene a que esta norma que se está votando, el único cambio que traerá será que el misoprostol será de venta legal –que no venta libre- y que todos los médicos podremos recetarlo, y se comprará en las farmacias, o las instituciones estarán obligadas a proporcionarlo. Lo cual hará que esas mujeres pobres puedan abortar en mejores condiciones.

Por otra parte, cuando le hablamos a las mujeres de las opciones: ¿realmente son opciones? La adopción cada vez es más compleja, de eso no hay dudas. La protección económica para esas madres, si bien en estos tiempos es generosa, tampoco implica condiciones de vida dignas, sino pura y simplemente reproducción de la pobreza. Las mujeres de nivel medio bajo y medio, no acceden a estas prestaciones, deben trabajar, y ahí se les complica, porque el trabajo no es compatible con la maternidad, por lo menos con la maternidad placentera y saludable, para madre e hijo.

Por lo tanto, la despenalización del aborto hará que todas las mujeres puedan hacer efectivo el derecho a decidir, si desean o no mantener el embarazo. Y todas ellas lo podrán hacer en las mejores condiciones. Si esto será así o no, es harina de otro costal, porque el sistema de salud, tal como está en estos momentos, no creo que pueda soportar otra meta prestacional más. ¡Porque SEGURO que será una meta prestacional! Se verá si las instituciones son capaces de afrontar el desafío, incluyendo la posibilidad de la objeción de conciencia.

Por otra parte, nuestro país se va muriendo de a poquito, o de a muchito, más bien. Necesitamos gente. Por lo cual, pensar leyes sobre derechos sexuales o sobre aborto, sin ponerse a pensar seriamente en una política demográfica es un tanto suicida. Aunque se crea que no, hay muchas mujeres que quieren tener hijos. Y muchas que quieren tener muchos hijos. Hijos que el país necesita. Pero no pueden, porque las condiciones no las ayudan. Porque deben elegir entre su crecimiento personal y los hijos, o entre su sobrevivencia con un trabajo a tiempo completo, o tener un hijo y tener también serias dificultades para mantenerlo. Un aplauso de mi parte para la Dip. Alonso, que plantea soluciones de este tipo.

Mi padre tenía un sueño, un proyecto de Ley de Familia Numerosa, que preveía muchas ventajas y beneficios para aquellos valientes que se animaran a criar muchos hijos. Obvio que su proyecto tenía contraprestaciones, no era cuestión de parir y que te pagaran… La idea era otra, era crecer, mejorar, apoyar a los que apostaban a la familia. (Lamentablemente no tengo ese proyecto, vaya uno a saber a quién se lo prestó el Hugo…!)

Las palabras que preceden son estrictamente pragmáticas. No opinaré filosóficamente sobre si aborto sí, aborto no. No creo que nadie esté “a favor” de abortar. Es una realidad que existe, que vemos a diario, y en la que cada una debe decidir con su conciencia y su saber, porque es a esa mujer a la que caerá toda la responsabilidad, cualquiera sea su situación futura. Debería asegurarsele que el Estado no la perseguirá, y que su conducta no será castigada penalmente. Abortar es una decisión difícil, no hay por qué hacerla además, punible.

Políticamente (que soy una mujer política, aunque me cueste admitirlo), estoy a favor de la despenalización del aborto, sin duda. No tengo demasiado claro si ESTA ley es la mejor que se hubiera podido hacer, pero sin duda, es mejor que lo que hay.

Por último, sobre las manifestaciones de hoy en los jardines del Palacio Legislativo, me dio vergüenza ajena. Está bien que podamos hacer con nuestro cuerpo lo que queramos, pero tampoco la pavada. A mi entender: “superfluosidades” hipermodernas, válganme Susanita y Lipovetsky.

Dicho sea, Rosita, CTR. :)