domingo, 23 de diciembre de 2018

La vita è rotonda - Liceo 47 “Dr. Hugo Batalla”

Traduzione della mia Professoressa Zara Elisa Anardu, che ringrazio con il mio cuore!!


Alla fine del XIX secolo un bambino di otto anni, Felipe Battaglia, lasciò insieme al fratello di dodici, un piccolo paese in Calabria: Laganadi. La sua nave partì, forse da Villa San Giovanni, per attraversare il Mediterraneo, poi l'Atlantico fino ad arrivare all'America Centrale. Da lì, una barca fluviale li avrebbe portati, al confine con le coste del nostro Sud America, a Montevideo. Felipe rimase lì, a carico dei suoi compaesani che erano arrivati tempo ​​prima e vivevano a Pueblo Victoria, dove  imparò il mestiere del calzolaio.

Anni dopo incontrò Herminia, figlia di siciliani anche loro emigrati alla nostra terra. Felipe e Herminia si sposarono ed ebbero cinque figli. Uno morì da piccolo, gli altri sono cresciuti come bravi ragazzi, hanno studiato, lavorato e formato una famiglia.

Felipe riuscì a vedere suo figlio maggiore laurearsi come medico. Poco dopo questo morì d’ infarto mentre svolgeva il suo lavoro al porto di Montevideo.

Qualche tempo dopo il figlio minore si laureò come avvocato. E sposò Hilda.

Il suo lavoro, lo sforzo e le condizioni personali gli fecero raggiungere le cariche più alte che un Paese repubblicano e democratico concede ai suoi cittadini:  infatti fu Deputato, Senatore, e Vice Presidente della Repubblica.

Nel 1996, Hugo Batalla visita la Calabria e viene dichiarato un Illustre Cittadino della Provincia, e Cittadino Onorario del paese che ha visto nascere suo padre. So che fu uno dei momenti più emozionanti della sua vita e anche di quella di mia madre .

Molti anni dopo ho avuto l'onore e la felicità di essere stata invitata ad un congresso in Calabria, per parlare di adolescenza e di adolescenti, ai quali ho dedicato la mia vita professionale come medico. Fu una grande emozione ricevere il riconoscimento da mio padre come esempio per le nuove generazioni.

In piedi, davanti alla casa dove nacque mio nonno Felipe, sentii che un cerchio si era completato e che mio nonno sarebbe stato orgoglioso della strada percorsa dalla nipote che non aveva mai conosciuto.

Ma la vita ha la meravigliosa abitudine di sorprenderci ad ogni passo. E l'anno scorso un gruppo di vicini, genitori, insegnanti, ha avviato un'iniziativa in una scuola superiore nel quartiere di Montevideo chiamato La Teja, vicino al Pueblo Victoria. Il quartiere in cui ho vissuto per quarant'anni, ho studiato e formato la mia famiglia. E il liceo che si trova di fronte all'angolo dove mio padre andò alla scuola “Beltrán”.

Quella scuola superiore, numero 47, sarà ufficialmente chiamata "Dr. Hugo Batalla" il prossimo venerdì, 21. di dicembre.

E così un altro cerchio si è completato. Perché mio padre diceva che i giovani non erano il futuro ma il presente, perché ha creato innumerevoli iniziative dedicate a loro. Perché sapeva della mia dedizione per loro ed era felice di ciò. Ecco perché per me è un altro cerchio completo: i miei nonni, i miei genitori, il mio quartiere, i miei adolescenti. Adolescenti di un liceo con insegnanti e genitori coinvolti e ragazzi fantastici, che intraprendono cose nuove, s’impegnano, lavorano e si divertono.

Mio nonno Felipe era arrivato in America, inviato dalla sua famiglia, per cercare un futuro migliore.

Né lui né i miei bisnonni si sarebbero mai sognati dei simili risultati. Non avrebbero nemmeno pensato che questo grande Paese repubblicano e democratico, avrebbe potuto regalare così tanto al bambino di otto anni che non sarebbe ritornato mai più in persona alla sua terra, ma che solamente suo figlio e sua nipote sarebbero ritornati in Italia.

Venerdì, insieme ai nostri vicini, insegnanti, studenti, famiglie e ospiti, quelli che vengono e quelli che non possono venire, e saranno sicuramente orgogliosi e felici: mio nonno Felipe, mia nonna Herminia, mio zio Adolfo, che era il mio padrino, e sua moglie Felicia, mio ​​zio Juan e sua moglie Sara, mio zio Roberto, il medico che non conobbi ma dal quale  ereditai la profonda vocazione che ho sentito da sempre verso questa professione, mio ​​cugino Alberto, gran compagno di mio padre di calcio e di tennis, mio cugino Adolfito, recentemente morto, e che era felice di questo omaggio, e mia nonna Nené, e miei zii Charo e Lenin, e “Chico”, orgogliosi del loro genero e cognato. Ed i miei suoceri, María e Francisco, sicuramente condividono quell'orgoglio.

E mio padre, che da ovunque sia, festeggerà il suo quartiere, la sua scuola, la sua storia e la sua eredità.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Estarán con nosotros!

Fotos desordenadas, correspondientes al relato de la entrada anterior...

Boda Herminia Parentini - Felipe Batalla (nacido Battaglia)

Jura del Cargo de Vicepresidente de la República - 1° de marzo de 1995

Visita a Laganadi - octubre de 1996

Laganadi - Declaración de Ciudadano Honorario - octubre de 1996

Con jóvenes de Lagandi - octubre de 1996

Boda Hilda Flores Olivera - Hugo Batalla Parentini - 25 de marzo de 1954

Placa de homenaje en el Congreso de Adolescencia de Catanzaro, Calabria
14 de octubre de 2010

En la puerta de la casa donde nació mi abuelo
Laganadi, Calabria. Octubre de 2010


Liceo N° 47 "Dr. Hugo Batalla".
Vicente Yáñez Pinzón y Carlos María Ramírez, La Teja

Con la Directora Jenifer Cherro y el profesor Javier Suárez, el día de la firma

Hugo, primero a la izquierda, con sus compañeros de liceo

Felipe Batalla

Hugo Batalla, hablando en el Cincuentenario de Naciones Unidas
24 de octubre de 1995

Hugo y Herminia bailando en los 15 años de Martha Batalla

Adolfo Batalla

Roberto "Chico" Flores

Juan Batalla

María Olivera

Enrique Berro

Felicia Marrero de Batalla

Lenin González Montaño

Charo Flores

Dr. Roberto Batalla

Alberto Corena

Sara Alcalde de Batalla

Adolfito Batalla

Mi madre y mi suegra, María Roncio, divertidas

Mi padre y mi suegro, Francisco Gamarra, serios

El Hugo, así nomás: el Hugo

Condecoración de la República Francesa
1986

EL LIBRO: biografía de Hugo Batalla, por Leonel García

La vida es redonda: Liceo N° 47 "Dr. Hugo Batalla"

Laganadi, pueblo en la Provincia de Calabria, Italia.
A fines del siglo XIX salía de un pequeño pueblo de la Calabria, un niñito de ocho años, con su hermano de doce. Su barco partió, quizás de Villa San Giovanni, para cruzar el Mediterráneo y luego el Atlántico con destino a Centroamérica. Desde allí, un barco de río los traería, bordeando las costas de nuestra América del Sur, hasta Montevideo. Allí se quedó Felipe, a cargo de paisanos que habían llegado antes, viviendo en Pueblo Victoria y aprendiendo el oficio de zapatero.

Años después conoció a Herminia, hija de sicilianos que también habían emigrado a nuestra tierra. Felipe y Herminia se casaron y tuvieron cinco hijos. Uno murió pequeño, los otros crecieron como hombres de bien, estudiaron, trabajaron y formaron familia.

Felipe llegó a ver a su hijo mayor, recibido de médico. Murió poco después, de un infarto, mientras cumplía con su trabajo en el Puerto de Montevideo.

Un tiempo después el hijo menor se recibía de Abogado. Y se había casado con Hilda.

Quiso el trabajo, el esfuerzo y las condiciones personales, que alcanzara los más altos cargos que un país republicano y democrático otorga a sus ciudadanos: fue Diputado, Senador, y Vice Presidente de la República.

En 1996, Hugo Batalla visita Calabria, y es declarado Ciudadano Ilustre de la Provincia, y Ciudadano Honorario del pueblo que vio nacer a su padre. Sé que fue uno de los momentos más emocionantes de su vida y de la de mi madre. .

Muchos años después tuve el honor y la felicidad de ser invitada a un Congreso exactamente en Calabria. Para hablar de la adolescencia, de los adolescentes, a quienes he dedicado mi vida profesional como médica. Muchísima fue la emoción de recibir el reconocimiento a mi padre, como ejemplo para las nuevas generaciones.

De pie, frente a la casa donde nació mi abuelo Felipe, sentí que un círculo se completaba y supe que mi abuelo estaría orgulloso del camino recorrido por la nieta que no conoció.

Pero la vida tiene la maravillosa costumbre de esperarnos con una sorpresa a cada paso. Y el año pasado un grupo de vecinos, padres, docentes, comienzan una iniciativa en un liceo del Barrio La Teja, el de al lado del Pueblo Victoria. El barrio donde viví 40 años, estudié y formé mi familia. Y el liceo que está frente a la esquina donde mi padre iba a la Escuela Beltrán.

Ese liceo, el No. 47, será denominado oficialmente “Dr. Hugo Batalla” el próximo viernes.

Y otro círculo se completa. Porque mi padre decía que los jóvenes no eran el futuro sino el presente, porque creó innumerables iniciativas que referían a ellos. Porque supo de mi dedicación a ellos y estuvo feliz por eso. Por eso también para mí es otro círculo completo: mis abuelos, mis padres, mi barrio, mis adolescentes. Adolescentes de un liceo con docentes y padres comprometidos, y gurises fantásticos, qué hacen cosas nuevas, se esfuerzan, trabajan y disfrutan.

Mi abuelo Felipe vino a América enviado por su familia, a buscar un mejor futuro.

Ni en sus sueños más optimistas, ni en los de mis bisabuelos, estarían estos logros que este gran país, republicano y democrático, depararía al pequeño hijo, que sólo regresaría a la tierra ancestral en la persona de su hijo y su nieta.

El viernes, junto a nosotros, junto a los vecinos, los docentes, los alumnos, las familias y los invitados, los que vengan y los que no puedan venir, seguramente estarán, orgullosos y felices: mi abuelo Felipe, mi abuela Herminia, mi tío Adolfo -que fuera mi padrino- y su esposa Felicia, mi tío Juan y su esposa Sara, mi tío Roberto, el médico que no conocí pero de quien heredé la profunda vocación que siempre sentí hacia esta profesión, mi primo Alberto, gran compañero de mi padre en el fútbol y el tennis, mi primo Adolfito, recientemente fallecido, y que estaba feliz con este homenaje, Y mi abuela Nené, y mis tíos Charo y Lenin, y Chico, orgullosos de su yerno y cuñado. Y mis suegros, María y Francisco, seguramente compartiendo ese orgullo.

Y mi viejo, que desde donde esté, celebrará su barrio, su escuela, su historia y su legado.